5 sept 2008

Los favores no son leyes que se instauran a fuerza de tenerlos, un regalo, el amor, que se convierte en infinita generosidad involuntaria, que no espera nada a cambio, es verdad, pero que se alimenta de su misma materia, no se puede arrinconar en lo más profundo de la indiferencia porque se vuelve huraña, triste, sin vida ni pasión hasta que muere como muere la alegria, la amistad, la empatía, el compromiso y el amor.

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