Nada permanece, nada es eterno, tan efímero, que sólo te quedan unos pocos instantes inconexos, que tienes que agarrar tan fuerte como puedas para darle sentido a todo. Me hubiera gustado "regalarte" uno de esos instantes, que no te hubieras quedado en la burda presentación de una casa en ruinas, que te reconcocieras en estas lineas y me conocieras lo suficiente como para que no hiciera falta...
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